Genossenschaften in Kuba: Ein Sprung ins kalte Wasser

Seit 2013 sollen nicht-agrarische Genossenschaften im Zentrum des wirtschaftlichen Wachstums stehen. Doch alles geht langsamer voran.

Ein Mann sitzt in einem Restaurant und isst

Gastronomie: einer der Wachstumssektoren der kubanischen Wirtschaft Foto: reuters

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Es war ein Sprung ins kalte Wasser, als ab 2013 plötzlich die Entwicklung nicht-agrarischer Genossenschaften zur wirtschaftspolitischen Priorität erklärt wurde.

Man braucht nicht zu glauben, dass die nicht-agrarischen Genossenschaften (CNA) das achte Weltwunder der Antillen seien. Es geht um – immer noch versuchsweise – Verbesserungen vor allem im Bereich der Gastronomie, des Bauwesens, der Industrie und der Dienstleistungen, im Blick die staatliche Dezentralisierung und den sozialen Wohlstand.

Aber wo schnell ins gefrorene Wasser gesprungen wurde, geht es inzwischen ohne große Eile voran. Besser gesagt: Mit unglaublicher Langsamkeit. 2015 wuchsen die CNA am wenigsten: Nur 22 wurden neu gegründet, während es in den Vorjahren noch 198 und 147 waren.

Dieser Text erschien in gekürzter Fassung am 15. Juli 2016 in der Sonderbeilage (PDF) zum zweiten taz Panter Workshop mit kubanischen Journalisten.

Este articulo se publicó en una versión cortada el día 15 de Julio 2016 como parte de un suplemento especial (PDF) en occasión del segundo taller de la fundación taz Panter con periodistas cubanos.

Im Einklang mit den Worten des kubanischen Präsidenten Raúl Castro soll es nicht darum gehen, immer weitere aufzubauen, sondern sich erst einmal darauf zu konzentrieren, die bereits bestehenden graduell zu stärken.

Jetzt ist also beim Neuaufbau die Bremse gezogen, bevor man die gleichen Fehler wiederholt, die bislang bei den Unternehmen gemacht wurden, die nunmehr über eine eigene Rechtspersönlichkeit verfügen, über eigenen Besitz und eine Präsenz im ganzen Land. Seit Mai letzten Jahres prüft die Ständige Kommission zur Umsetzung und Weiterentwicklung der wirtschaftspolitischen Leitlinien über 200 neue Vorschläge. Die Prüfung geht ohne jede Eile vonstatten.

Katheryn Felipe, 25, hat Journalismus studiert und lebt in Havanna. Sie arbeitet bei Granma Internacional, der internationalen Ausgabe der Granma, Organ des Zentralkomitees der Kommunistischen Partei Kubas.

Katheryn Felipe, de 25 años, estudió periodismo y vive en La Habana. Ella trabaja en la redacción de Granma Internacional, la edición internacional de Granma, el órgano oficial del comité central del Partido Comunista de Cuba.

Die Entwicklung der CNA wurde bis vergangenen Dezember durch Kredite der Nationalbank in Höhe von 223 Millionen Kubanischer Pesos unerstützt. Nach Angaben der Banco Metropolitano sind diese Kredite an 324 Genossenschaften gegangen, davon 187 in der Hauptstadt Havanna. So astronomisch wie diese Summen ist natürlich auch die Verantwortung derjenigen, die sie bekommen.

Aber sich demokratisch zu konstituieren und über ein bisschen Kapital zu verfügen bedeutet noch keinen Erfolg. Beim Kampf um Effizienz und Autonomie liegt der Schlüssel im Know-How.

Wenn man außerdem bedenkt, dass fast 80 Prozent der CNA aus dem staatlichen Sektor kommen, verstehen wir die Probleme bei einigen von ihnen, die nicht in der Lage sind, die alten Gewohnheiten abzulegen oder sich schlichtweg jedem Mentalitätswandel widersetzen.

Das Übel der Korruption

Die CNA haben ihren Mitgliedern höhere Einkünfte gebracht, das Angebot verbessert, und ihre Zahlen sind ganz gut. Dennoch hat eine Studie des Centro de Estudios de la Economía Cubana und der Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba in Havanna und Artemisa festgestellt, dass es diesen Unternehmern vor allem an einem fehlt: Dem Geist der Genossenschaft.

In diesem Panorama hat Wirtschafts- und Planungsminister Marino Murillo jetzt darauf hingewiesen, dass die bürokratischen Hürden für diese neuen wirtschaftlichen Akteure noch immer zu hoch sind. Dazu kommen die Schwierigkeiten bei den Zulieferungen, die Tendenz zu Preiserhöhungen bei Produkten und Dienstleistungen und die immer noch ausstehenden Veränderungen bei den gesetzlichen Grundlagen der CNA.

Ich persönlich kenne verschiedene CNA, die traumhaft funktionieren. Andere hingegen werden sich in tausend Jahren nicht bewegen. Die schwierige Aufgabe besteht darin, jene zum Laufen zu bringen oder gegebenenfalls auch zu schließen, die nur Rückschritte produzieren, wenn sie einmal begriffen haben, dass sie ihren Besitz weder an andere Genossenschaften oder private Unternehmer verkaufen können.

Man geht ja davon aus, dass die CNA unter den gleichen Bedingungen operieren wie alle anderen Produktions- oder Dienstleistungsbetriebe des Landes. Aber, wie Innenhandelsministerin Mary Blanca Ortega ein ums andere mal betont, mitunter sieht die Wirklichkeit anders aus. Das vielverfluchte Übel der Korruption wächst überall wie Affenbrotbäume, die dringend beschnitten werden müssen.

Schlussendlich, trotz elf Großhandelsunternehmen, die die CNA beliefern und einer gewissen Wiederbelebung der Wirtschaft – es bleiben dicke Bretter zu bohren, und das Wasser, in das man da hineinspringt, wird noch eine Weile ziemlich kalt sein.

Versión original:

Del shock individual al agrado colectivo

Abrirle los brazos al cooperativismo no agrario en Cuba declarándolo una prioritaria forma de gestión económica, ha sido, al menos desde 2013 hasta la fecha, como meterse en una piscina de agua helada e ir pasando del shock individual al agrado colectivo.

Que nadie piense que las cooperativas no agropecuarias (CNA) son la octava maravilla antillana, sino una mejor manera -todavía experimental- de manejar fundamentalmente gastronomía, construcción, industria y servicios técnicos y personales, con la mira en la descentralización estatal y el bienestar social.

Pero lo que rompió el hielo con prisa, ahora camina sin apuros. Cabría decir, con acusada lentitud. El 2015 fue testigo del menor índice de crecimiento de esas entidades en la Isla, visto que vieron la luz solo 22, cuando en 2013 y 2014 llegaron a 198 y 147, respectivamente. En correspondencia con las palabras del presidente cubano Raúl Castro, la política defendida es la de no masificar más cooperativas y concentrarse en hacer avanzar de modo gradual las ya existentes.

Puesto el freno antes de reproducir los errores cometidos hasta el momento en esas empresas emergentes que gozan de personalidad jurídica, patrimonio propio y presencia en todo el país, en mayo pasado la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos analizaba más de 200 nuevas propuestas. No obstante, muy probablemente esa evaluación irá sin prisas.

El progreso de las CNA hasta el último diciembre había sido respaldado por la banca nacional con créditos que ascendían a los 223 millones de pesos cubanos. Autoridades del Banco Metropolitano refieren que 324 organizaciones colectivas, 187 de ellas capitalinas, han sido acogidas por esos préstamos. Por supuesto, así de astronómicas resultan las responsabilidades para quienes los asumen.

Sin embargo, con proclamarse democrático y poseer algo de capital no le basta al cooperativismo para conocer el éxito. La carta de triunfo en el juego por la eficiencia y la autonomía yace en el Know How. Sumando a eso que casi el 80 por ciento de las CNA son de origen estatal, comprenderemos los problemas que surgen en algunas de ellas por mantener antiguos vicios, en franca resistencia a un cambio de mentalidad.

Aunque vale decir que las cooperativas fuera del sector agrícola han traído mejores ingresos para los socios y mayor calidad y cantidad de ofertas, con alentadores saldos económicos y financieros, una investigación llevada a cabo en La Habana y Artemisa por el Centro de Estudios de la Economía Cubana y de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba constató hace poco que los empresarios carecen de cultura cooperativa.

En medio de ese panorama, Marino Murillo, ministro de Economía y Planificación, ha alertado sobre las cargas burocráticas que afectan el avance de los nuevos actores económicos. Claro que a eso pudiéramos añadir las trabas en el acceso a los suministros, la tendencia al incremento de los precios de productos y servicios, y las aún pendientes modificaciones de los decretos ley que rigen a las CNA.

Personalmente, conozco varias CNA con un quehacer de ensueño. Otras, en cambio, no levantarán cabeza en un milenio. La tarea difícil sigue estando en encaminar o erradicar –si es preciso- aquellas que son incapaces de generar algo más que atraso, una vez entendido que no pueden ser vendidas ni traspasadas a otras cooperativas, propietarios privados u otras personas naturales.

Amén de que se supone que operen en igualdad de condiciones que el resto de las formas productivas y de servicios del país, como tantas veces ha hecho saber la titular de Comercio Interior, Mary Blanca Ortega, en ocasiones la práctica dicta otra cosa. Las tan llevadas y traídas ilegalidad y corrupción continúan creciendo como baobabs cuyas raíces hay que cortar urgentemente.

Al final del cuento, con todo y que hay ya 11 comercializadoras mayoristas que proveen a las CNA y se advierte cierta revitalización de la economía nacional, la tela por cortar es larga todavía y el agua en la piscina seguirá fría (¡helada!) por un rato más.

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